Senegal

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sábado, 19 de febrero de 2011

Territorios sostenibles



“…Hacer arquitectura, es transformar una situación de la naturaleza en situación de cultura. El acto de construir sería un acto de sustitución de la naturaleza, y la arquitectura el medio de llevar a cabo esta operación…” (1)
La mayor crisis de nuestra sociedad,  y también la crisis de la ciudad contemporánea, es proveniente de la falta de relación pertinente entre el Hombre y la Naturaleza. Sentir el olor de la tierra, el calor del sol y la presencia del agua, descubriendo después de un momento de observación, que nos encontramos en un lugar enteramente trabajado por el hombre – transformación del entorno natural en una trama delimitada, erizada de obstáculos, de edificios, conductos, vías, barreras – nos pone en guardia contra conceptos erróneos, que los actores urbanos han seguido desde la revolución industrial, la cual desde hace dos siglos atrás ha originado el abandono progresivo del mundo rural y el crecimiento descontrolado del mundo urbano.
Haciendo uso de estas observaciones, intentaremos establecer la definición de “paisaje natural” y de “paisaje construido”. Definimos como “natural” el paisaje donde la forma es dada por el relieve, el agua, la vegetación, y sus combinaciones infinitas. “Construir” solo es posible a partir de la naturaleza . Si por ejemplo, la fabricación de un túnel para cruzar las montañas, resulta de la necesidad del hombre de desplazarse, y la realización de gasoductos y líneas eléctricas, viene dada de hacer venir al hombre lo que necesita, el resultado es una construcción.
En términos de Urbanismo, el edificio es la mejor cristalización de la idea de construcción.  La ciudad, hábitat humano por excelencia y lugar central de desarrollo económico del hombre, es al mismo tiempo el máximo exponente de nuestras contradicciones. Asociamos a la noción de ciudad los adjetivos de artificial o de cultural en lugar de natural “…Es la crisis de la separación del hombre-naturaleza…”(2)
Nunca antes el hombre occidental había desarrollado un potencial tan intenso de transformación y destrucción de la naturaleza, ni se habían percibido de forma tan clara los límites de este pequeño planeta. Quizá por esto se ha globalizado también la preocupación por el medio ambiente y se esta fortaleciendo el compromiso ético con la sustentabilidad.
El tema es complejo, ya que en la fabricación de ciudades se observa claramente la huella que ha tenido aspecto económico sobre la visión del hombre. La ciudad se pensaba para productores, consumidores, a veces para usuarios pero no para seres humanos sensibles, dotados de percepción; olvidado que la ciudad es el horizonte de la vida cotidiana de la mayoría de la gente. Se crearon así estructuras que acumulan molestias, ruido, contaminación y cansancio, descalificando los tejidos urbanos y alimentando la ”conurbación” (3)
En Caracas por ejemplo, gran ciudad donde se lidera la economía nacional y la pobreza mas atroz, vemos un paisaje de segregación social creciente, representada por  proliferación de barrios como zonas de construcción populares espontáneas, que van raspando progresivamente el relieve montañoso inmediato a la ciudad. Igualmente la emergencia preocupante de la violencia y la inseguridad, da origen a nuevas barreras en el espacio urbano, a través de los sistemas privados de seguridad en las urbanizaciones residenciales y centros comerciales.
“…Nunca antes hemos estado sometidos a una presión tan sofocante y nunca ha sido tan necesario buscar nuevas formas de cohesión social y de protección de nuestro ambiente…” (4)
Según Rem Koolhaas al principio del siglo XX, solo el 10% de la población mundial habitaba las ciudades. Actualmente, mas de la mitad de la población del planeta vive en áreas urbanas. En el 2025 se incrementara a un 70%. En los próximos 25 anos, casi 200 millones de personas pasaran a vivir en las ciudades, tendremos entonces mas de 500 ciudades que superaran el millón de habitantes.
Territorios sostenibles, un nuevo horizonte urbanístico.
En los anos 1970 el newyorkino D.H Meadows, a través de su informe “The limits to growth” – “Lo limites del crecimiento” – “…comienza la toma de conciencia sobre las consecuencias negativas de la acción transformadora del hombre en el medio ambiente y sus riegos implícitos, tales como el  deterioro irreversible de ciertos recursos naturales o el aumento de los niveles globales de contaminación…” (9)  Al principio la crisis ambiental fue observada desde el estiramiento continuo de los límites urbanos, donde centro, suburbio, área urbana, conurbación y territorio representan en este orden sus etapas de crecimiento físico y demográfico, incrementado así el agotamiento de los recursos.
“…Trabajos como los de R. Carson y B. Componer explican que la crisis ambiental es consecuencia del modelo de desarrollo existente. Necesitamos nuevos modelos de vida y formas de organización que eviten la colisión entre el desarrollo y los factores materiales que lo permiten, hay que plantear los principios de un nuevo modelo de desarrollo…” (5)
En el informe Brundtland de 1987 (6) se habla de generar un nuevo concepto integrador, teniendo en cuenta simultáneamente lo local y lo global, el corto y largo plazo, de las acciones medioambientales.
La definición allí propuesta de desarrollo sostenible se adoptó internacionalmente: “…es un concepto más amplio que el de protección del medio natural, ya que implica una preocupación por las generaciones futuras y por la salud e integridad del ambiente a largo plazo. El desarrollo sostenible implica también preocupación por la calidad de vida – no solo del aumento de los ingresos – por la igualdad de las personas en el presente – incluida la lucha contra la pobreza – por la desigualdad intergeneracional – las personas del futuro merecen un medio ambiente que sea, como mínimo, tan bueno como el que tenemos actualmente, si no mejor – y por el aspecto social y ético del bienestar humano… “ (7)
A menudo se produce un “…distanciamiento del concepto de desarrollo dominante, fundado básicamente en el crecimiento…” (4) Y es que mejorar las condiciones de vida podría no ser compatible con la conservación y no degradación de los recursos naturales. El concepto de desarrollo sigue asociado a la idea de progreso, a la capacidad de introducir procesos de mejora – a través de la ciencia y la tecnología – así como a la  posibilidad de actuar en las estructuras económicas, sociales y políticas.
La huella ecológica de las ciudades es enorme y su influencia va mas allá de su territorio base, afectando al ecosistema global. “…Su impacto se confirma en el consumo energético, y en el incremento del efecto invernadero – sobre-calentamiento de la biosfera por aumento de la concentración de dióxido de carbono – cuya emisión se concentra en los ámbitos urbanos…” (4)
Las ciudades nos parecen amenazantes para el entorno natural, pero ofrecen uno de los mejores campos de acción para solucionar los problemas planteados. Pueden ser mediadoras de las políticas generales y capaces de implicar a sus ciudadanos en las decisiones, por una gobierno democrático participativo, fomentando una difusión comprometida de estrategias colectivas responsables. Lo que ocurre, y como ya habíamos mencionado, es que las ciudades están sometidas a fenómenos de globalización económicos que favorecen la ruptura de los vínculos territoriales tradicionales, de las formas locales de cooperación y de adaptación de la ciudad a su entorno. “…La ruptura de esos vínculos y estructuras históricas facilitan la importación de un modelo de ciudad difusa de baja densidad, con una ocupación extensiva del espacio orientada por factores de localización muy abiertos. La máxima « pensar globalmente, actuar localmente » que surge del desarrollo sostenible, podría re-enfocar una practica fundada en el reconocimiento de la importancia de los gobiernos locales y regionales…” (4)
“…Frente a la diversidad que caracteriza a los espacios urbanos, en función de la geografía y de la cultura – y mas allá de la internacionalización de factores de producción, consumo, y formas de vida -  el  modelo urbano que ha encontrado mayor aceptación en el contexto del debate sobre las formas urbanas sostenibles es « la ciudad compacta ». Las configuraciones urbanas compactas viabilizan sistemas de movilidad sostenible y facilitan la eficacia de las infraestructuras urbanas de servicio…” (8) Además propician el ahorro energético, la mezcla de usos, la vida urbana, la identidad colectiva y la cohesión social. Como anticipara Jane Jacobs, los modelos urbanos tradicionales compactos incorporan diversidad de tipologías arquitectónicas y espacios urbanos que facilitan las relaciones sociales.
En todo caso, es imposible establecer criterios aislados únicos sobre cuales son los modelos urbanos apropiados. Inciden los aspectos cuantitativos, cualitativos y de relación con su contexto, aspectos de escala y de articulación formal. Actualmente no es posible pronunciar el término “ciudad” sin agregarle “territorio”.
¿Por qué no intentar, proveídos de la reflexión, pasearnos a través de ciudades, y demás territorios inimaginables, intentando comprender cuales son las distintas maneras de modificar el paisaje natural, de construir sosteniblemente?
Mariana Otero*
Fotografía de Orinoquiaphoto, suministrada por Mariana Otero
Fotografía de Orinoquiaphoto
__________
(1) “Le visiteur” Ciudad, territorio, paisaje y arquitectura. Andrea Felicioni. Montreal 1996.
(2) “Huellas en la playa de Rodas. Naturaleza y cultura en el pensamiento occidental desde la antigüedad hasta fines del siglo XVIII” Clarence Glacken. Barcelona 1967.
(3) Conurbación : cuando las ciudades estiran lo más lejos posible sus fronteras.
(4) “Territorios inteligentes” Alfonso Vegara y Juan Luis de las Rivas. Madrid. 2004.
(5) Rachel Carson, “Silent Spring” Boston. 1962. Verdadera pionera que muestra  los efectos de los pesticidas en nuestro entorno y plantea como nuestra obligación de aguantar nos da derecho a saber.
(6) Informe Brundtland de 1987 : la comisión mundial del medio ambiente y desarrollo, presidida por Brundtland, ex primera ministro noruega. Fue creada en 1983 con el propósito de establecer « un programa global de cambio ». Su informe marcaba las pautas para el mencionado « programa de cambio »
(7) Ver “Hacia un desarrollo sostenible”; Comisión de las Comunidades Europeas, 1997.
(8) La ciudad compacta modelo priorizado por la Unión Europea. “Libro verde sobre el medio ambiente urbano”.
(9) The limits to growth. D.H Meadows. Unwise Books. New York. 1972.
__________
* Mariana Otero (1980) Arquitecto y Urbanista. Hasta agosto de 2010, trabaja en ADP ” Aeropuertos de Paris” en la departamento de Ingeniería y Adaptación Urbana, en el marco de la elaboración del plano de conjunto, última fase del aeropuerto Roissy Charles de Gaulle, Paris – Francia. También ha trabajado en el marco de la Operación descentralizada del Gobierno Venezolano para el Pabellón Nacional de la Bienal de Arquitectura de Venecia año 2008 y en diversas agencias como Guérin & Pedroza Arquitectos Urbanistas en el marco del proyecto de renovación urbana “IVRY-CONFLUENCES” en Paris – Francia, hacia la creación y rehabilitacion de espacios públicos, así como en los estudios de viabilidad arquitectónica hacia una pieza de ciudad sustentable, en la agencia ANMA de arquitectura y Urbanismo Nicolás Michelin estudiando el re acondicionamiento de espacios públicos y en la Agencia de arquitectura Dominique Perrault, en el marco de un concurso de arquitectura y urbanismo en Belval – Luxemburgo entre otros trabajos vínculados a la escala urbana entre Venezuela y Francia.
“…Hacer arquitectura, es transformar una situación de la naturaleza en situación de cultura. El acto de construir sería un acto de sustitución de la naturaleza, y la arquitectura el medio de llevar a cabo esta operación…” (1)
La mayor crisis de nuestra sociedad,  y también la crisis de la ciudad contemporánea, es proveniente de la falta de relación pertinente entre el Hombre y la Naturaleza. Sentir el olor de la tierra, el calor del sol y la presencia del agua, descubriendo después de un momento de observación, que nos encontramos en un lugar enteramente trabajado por el hombre – transformación del entorno natural en una trama delimitada, erizada de obstáculos, de edificios, conductos, vías, barreras – nos pone en guardia contra conceptos erróneos, que los actores urbanos han seguido desde la revolución industrial, la cual desde hace dos siglos atrás ha originado el abandono progresivo del mundo rural y el crecimiento descontrolado del mundo urbano.
Haciendo uso de estas observaciones, intentaremos establecer la definición de “paisaje natural” y de “paisaje construido”. Definimos como “natural” el paisaje donde la forma es dada por el relieve, el agua, la vegetación, y sus combinaciones infinitas. “Construir” solo es posible a partir de la naturaleza . Si por ejemplo, la fabricación de un túnel para cruzar las montañas, resulta de la necesidad del hombre de desplazarse, y la realización de gasoductos y líneas eléctricas, viene dada de hacer venir al hombre lo que necesita, el resultado es una construcción.
En términos de Urbanismo, el edificio es la mejor cristalización de la idea de construcción.  La ciudad, hábitat humano por excelencia y lugar central de desarrollo económico del hombre, es al mismo tiempo el máximo exponente de nuestras contradicciones. Asociamos a la noción de ciudad los adjetivos de artificial o de cultural en lugar de natural “…Es la crisis de la separación del hombre-naturaleza…”(2)
Nunca antes el hombre occidental había desarrollado un potencial tan intenso de transformación y destrucción de la naturaleza, ni se habían percibido de forma tan clara los límites de este pequeño planeta. Quizá por esto se ha globalizado también la preocupación por el medio ambiente y se esta fortaleciendo el compromiso ético con la sustentabilidad.
El tema es complejo, ya que en la fabricación de ciudades se observa claramente la huella que ha tenido aspecto económico sobre la visión del hombre. La ciudad se pensaba para productores, consumidores, a veces para usuarios pero no para seres humanos sensibles, dotados de percepción; olvidado que la ciudad es el horizonte de la vida cotidiana de la mayoría de la gente. Se crearon así estructuras que acumulan molestias, ruido, contaminación y cansancio, descalificando los tejidos urbanos y alimentando la ”conurbación” (3)
En Caracas por ejemplo, gran ciudad donde se lidera la economía nacional y la pobreza mas atroz, vemos un paisaje de segregación social creciente, representada por  proliferación de barrios como zonas de construcción populares espontáneas, que van raspando progresivamente el relieve montañoso inmediato a la ciudad. Igualmente la emergencia preocupante de la violencia y la inseguridad, da origen a nuevas barreras en el espacio urbano, a través de los sistemas privados de seguridad en las urbanizaciones residenciales y centros comerciales.
“…Nunca antes hemos estado sometidos a una presión tan sofocante y nunca ha sido tan necesario buscar nuevas formas de cohesión social y de protección de nuestro ambiente…” (4)
Según Rem Koolhaas al principio del siglo XX, solo el 10% de la población mundial habitaba las ciudades. Actualmente, mas de la mitad de la población del planeta vive en áreas urbanas. En el 2025 se incrementara a un 70%. En los próximos 25 anos, casi 200 millones de personas pasaran a vivir en las ciudades, tendremos entonces mas de 500 ciudades que superaran el millón de habitantes.
Territorios sostenibles, un nuevo horizonte urbanístico.
En los anos 1970 el newyorkino D.H Meadows, a través de su informe “The limits to growth” – “Lo limites del crecimiento” – “…comienza la toma de conciencia sobre las consecuencias negativas de la acción transformadora del hombre en el medio ambiente y sus riegos implícitos, tales como el  deterioro irreversible de ciertos recursos naturales o el aumento de los niveles globales de contaminación…” (9)  Al principio la crisis ambiental fue observada desde el estiramiento continuo de los límites urbanos, donde centro, suburbio, área urbana, conurbación y territorio representan en este orden sus etapas de crecimiento físico y demográfico, incrementado así el agotamiento de los recursos.
“…Trabajos como los de R. Carson y B. Componer explican que la crisis ambiental es consecuencia del modelo de desarrollo existente. Necesitamos nuevos modelos de vida y formas de organización que eviten la colisión entre el desarrollo y los factores materiales que lo permiten, hay que plantear los principios de un nuevo modelo de desarrollo…” (5)
En el informe Brundtland de 1987 (6) se habla de generar un nuevo concepto integrador, teniendo en cuenta simultáneamente lo local y lo global, el corto y largo plazo, de las acciones medioambientales.
La definición allí propuesta de desarrollo sostenible se adoptó internacionalmente: “…es un concepto más amplio que el de protección del medio natural, ya que implica una preocupación por las generaciones futuras y por la salud e integridad del ambiente a largo plazo. El desarrollo sostenible implica también preocupación por la calidad de vida – no solo del aumento de los ingresos – por la igualdad de las personas en el presente – incluida la lucha contra la pobreza – por la desigualdad intergeneracional – las personas del futuro merecen un medio ambiente que sea, como mínimo, tan bueno como el que tenemos actualmente, si no mejor – y por el aspecto social y ético del bienestar humano… “ (7)
A menudo se produce un “…distanciamiento del concepto de desarrollo dominante, fundado básicamente en el crecimiento…” (4) Y es que mejorar las condiciones de vida podría no ser compatible con la conservación y no degradación de los recursos naturales. El concepto de desarrollo sigue asociado a la idea de progreso, a la capacidad de introducir procesos de mejora – a través de la ciencia y la tecnología – así como a la  posibilidad de actuar en las estructuras económicas, sociales y políticas.
La huella ecológica de las ciudades es enorme y su influencia va mas allá de su territorio base, afectando al ecosistema global. “…Su impacto se confirma en el consumo energético, y en el incremento del efecto invernadero – sobre-calentamiento de la biosfera por aumento de la concentración de dióxido de carbono – cuya emisión se concentra en los ámbitos urbanos…” (4)
Las ciudades nos parecen amenazantes para el entorno natural, pero ofrecen uno de los mejores campos de acción para solucionar los problemas planteados. Pueden ser mediadoras de las políticas generales y capaces de implicar a sus ciudadanos en las decisiones, por una gobierno democrático participativo, fomentando una difusión comprometida de estrategias colectivas responsables. Lo que ocurre, y como ya habíamos mencionado, es que las ciudades están sometidas a fenómenos de globalización económicos que favorecen la ruptura de los vínculos territoriales tradicionales, de las formas locales de cooperación y de adaptación de la ciudad a su entorno. “…La ruptura de esos vínculos y estructuras históricas facilitan la importación de un modelo de ciudad difusa de baja densidad, con una ocupación extensiva del espacio orientada por factores de localización muy abiertos. La máxima « pensar globalmente, actuar localmente » que surge del desarrollo sostenible, podría re-enfocar una practica fundada en el reconocimiento de la importancia de los gobiernos locales y regionales…” (4)
“…Frente a la diversidad que caracteriza a los espacios urbanos, en función de la geografía y de la cultura – y mas allá de la internacionalización de factores de producción, consumo, y formas de vida -  el  modelo urbano que ha encontrado mayor aceptación en el contexto del debate sobre las formas urbanas sostenibles es « la ciudad compacta ». Las configuraciones urbanas compactas viabilizan sistemas de movilidad sostenible y facilitan la eficacia de las infraestructuras urbanas de servicio…” (8) Además propician el ahorro energético, la mezcla de usos, la vida urbana, la identidad colectiva y la cohesión social. Como anticipara Jane Jacobs, los modelos urbanos tradicionales compactos incorporan diversidad de tipologías arquitectónicas y espacios urbanos que facilitan las relaciones sociales.
En todo caso, es imposible establecer criterios aislados únicos sobre cuales son los modelos urbanos apropiados. Inciden los aspectos cuantitativos, cualitativos y de relación con su contexto, aspectos de escala y de articulación formal. Actualmente no es posible pronunciar el término “ciudad” sin agregarle “territorio”.
¿Por qué no intentar, proveídos de la reflexión, pasearnos a través de ciudades, y demás territorios inimaginables, intentando comprender cuales son las distintas maneras de modificar el paisaje natural, de construir sosteniblemente?
Mariana Otero*
Fotografía de Orinoquiaphoto, suministrada por Mariana Otero
Fotografía de Orinoquiaphoto
__________
(1) “Le visiteur” Ciudad, territorio, paisaje y arquitectura. Andrea Felicioni. Montreal 1996.
(2) “Huellas en la playa de Rodas. Naturaleza y cultura en el pensamiento occidental desde la antigüedad hasta fines del siglo XVIII” Clarence Glacken. Barcelona 1967.
(3) Conurbación : cuando las ciudades estiran lo más lejos posible sus fronteras.
(4) “Territorios inteligentes” Alfonso Vegara y Juan Luis de las Rivas. Madrid. 2004.
(5) Rachel Carson, “Silent Spring” Boston. 1962. Verdadera pionera que muestra  los efectos de los pesticidas en nuestro entorno y plantea como nuestra obligación de aguantar nos da derecho a saber.
(6) Informe Brundtland de 1987 : la comisión mundial del medio ambiente y desarrollo, presidida por Brundtland, ex primera ministro noruega. Fue creada en 1983 con el propósito de establecer « un programa global de cambio ». Su informe marcaba las pautas para el mencionado « programa de cambio »
(7) Ver “Hacia un desarrollo sostenible”; Comisión de las Comunidades Europeas, 1997.
(8) La ciudad compacta modelo priorizado por la Unión Europea. “Libro verde sobre el medio ambiente urbano”.
(9) The limits to growth. D.H Meadows. Unwise Books. New York. 1972.
__________
* Mariana Otero (1980) Arquitecto y Urbanista. Hasta agosto de 2010, trabaja en ADP ” Aeropuertos de Paris” en la departamento de Ingeniería y Adaptación Urbana, en el marco de la elaboración del plano de conjunto, última fase del aeropuerto Roissy Charles de Gaulle, Paris – Francia. También ha trabajado en el marco de la Operación descentralizada del Gobierno Venezolano para el Pabellón Nacional de la Bienal de Arquitectura de Venecia año 2008 y en diversas agencias como Guérin & Pedroza Arquitectos Urbanistas en el marco del proyecto de renovación urbana “IVRY-CONFLUENCES” en Paris – Francia, hacia la creación y rehabilitacion de espacios públicos, así como en los estudios de viabilidad arquitectónica hacia una pieza de ciudad sustentable, en la agencia ANMA de arquitectura y Urbanismo Nicolás Michelin estudiando el re acondicionamiento de espacios públicos y en la Agencia de arquitectura Dominique Perrault, en el marco de un concurso de arquitectura y urbanismo en Belval – Luxemburgo entre otros trabajos vínculados a la escala urbana entre Venezuela y Francia.
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